Los ruiseñores vuelan
entre cerezos en flor
y en lo alto del cielo
se eleva el brillante houhou.
ya se acabo la guerra.
Ya no queda ningún temor
y los señores regresan
con su gloria y sin honor.
Mas un guerrero no duerme
y se dispone a partir.
Su honor se dejó en la tierra
dónde ahora quiere morir.
Su espada tranquilo blande
sin titubeos¡Con valor!
y con ímpetu se asesta muerte
atravesándose el corazón.
Hoy esas tierras tornaron
a un autentico jardín del rubor
custodiado por un espíritu
que antaño murió con honor.
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