Un infame cazador
con arapos ataviado
toma la luna por candil
y la noche de resguardo
buscando su pasión febril.
Un deseo aterrador
de poseer lo que no tiene,
de encontrar lo que no haya.
Un burdo anhelo perenne,
la luz que al lirio le falta.
Le conocen por lobo.
Aulla en la oscuridad
gritos de melancolía
que infunden tenebridad
y privan de alegría
No hay comentarios:
Publicar un comentario