Bellas luces el alba colorean,
tornando tapices de oro los prados
que entre ellos por celosos se pelean
y por la brisa son acariciados.
Van despertando las vistosas flores,
piedras preciosas que visten los campos
y hacen de perfumes sus olores
juego con el canto de los pajaros.
Alegre vestido de primavera,
libre como el viento ¿Quién te tuviera?
Un tenue momento que nuca espera,
mas a un latido, el más triste, acelera.